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Shokrea Hussaini: Un Viaje de Resiliencia y Esperanza

Shokrea Hussaini es una joven refugiada afgana en Chile, beneficiada por el fortalecimiento de capacidades que entregó el Programa Tu Oportunidad de ONU Mujeres a Fundación Madre Josefa para el trabajo con mujeres refugiadas. Con 23 años ha demostrado una increíble fortaleza y determinación en su búsqueda de educación y una vida mejor. Su viaje, lleno de desafíos y triunfos, es un testimonio valentía, resiliencia y poder de adaptación. 

 

Camino a la libertad 
Antes de la llegada de los talibanes a Afganistán, Shokrea vivía en Kabul, una ciudad donde las mujeres podían estudiar y trabajar libremente, disfrutando de una vida plena y productiva. Sin embargo, todo cambió cuando los talibanes tomaron el control. A las mujeres se les prohibió asistir a la escuela y trabajar, y muchas, como Shokrea, ni siquiera podían salir de sus casas. 

“Cuando los Talibanes entraron en Afganistán, a las mujeres se les prohibieron ir a estudiar y al trabajo e incluso las mujeres jóvenes no pudieron salir de las casas, por eso salí de mi país para poder continuar mis estudios y trabajar”, sostiene la joven.

En medio de esta opresión, Shokrea tomó la valiente decisión de abandonar su país para buscar una vida donde pudiera continuar sus estudios y perseguir sus sueños. Fue así como gracias a la cooperación del Gobierno de Chile, ella y su familia pudieron emigrar, sin embargo, el camino no fue fácil. 

“Si bien no tuvimos ningún problema grave para venir a Chile, el viaje fue muy estresante, en especial antes de salir de Afganistán por la presencia de los talibanes en la frontera. Gracias a dios por tener salvoconducto de la república de Chile y algunos documentos válidos, pudimos escapar de la opresión y llegar a tierras chilenas”, gracias a dios, con tener Salvoconducto reduplica de Chile y documento.

 

Educación e integración social de la mano de Tu Oportunidad
Al llegar a Chile en octubre del 2021, Shokrea enfrentó nuevos desafíos. No hablaba español, carecía de recursos económicos para continuar su educación, pero sobre todo desconocía la cultura chilena. Estos obstáculos podrían haber desanimado a cualquiera, pero Shokrea encontró apoyo en programas e iniciativas dirigidas a mujeres refugiadas, que han sido resultado de la articulación de la Mesa Intersectorial de Acción Social para Personas Refugiadas y Solicitantes de Refugio del Ministerio de Interior y ACNUR, en donde también participan otros ministerios, junto a ONU Mujeres, , OIT y organizaciones de la sociedad civil.  El primer componente fue un curso de español básico que buscó facilitar el proceso de integración social y cultural con el país de acogida.

“Cuando entré a Chile me enfrenté con nuevos problemas uno es que no sabía hablar español, el segundo es el problema económico para continuar mi educación y el tercero es no conocer la cultura del pueblo chileno”.

En paralelo, y en alianza con ACNUR, se realizaron también sesiones de asesoría legal, apoyado por clínicas jurídicas de Universidades, donde las participantes pueden resolver dudas sobre su situación migratoria y recibir información respecto a la red de protección social en Chile, estas sesiones fueron fundamentales para ayudar a Shokrea y otras 25 mujeres a conocer sus derechos y el contexto en que se desenvuelven.

 

Certificación de competencias: Una oportunidad de empleabilidad 
El programa Tu Oportunidad de ONU Mujeres, mediante un llamado a concurso, le entregó una subvención a la Fundación Madre Josefa para fortalecer sus capacidades para poder acoger con mejores herramientas a las mujeres refugiadas, especialmente aquellas que no provienen del continente americano. 

Con estos recursos, la Fundación, pudo difundir las alternativas de asistencia, asesoría y formación que existen para las personas refugiadas, trabajo que se ha enriquecido por la articulación existente en la Mesa Intersectorial de Acción Social. Gracias a su orientación, Shokrea se inscribió en clases de español y en cursos de cuidado de ancianos. Estas clases no solo le permitieron aprender el idioma, sino que también le dieron la oportunidad de hacer nuevas amigas y conocer la cultura chilena.

“Luego de las clases de español estuve un tiempo sin destino y luego conocí a Maria José que trabaja en la Fundación Madre Josefa y Alejandra Ceballos que trabaja en Ministerio del Interior del Estado, gracias a su orientación pude ingresar al curso de Cuidadoras Primarias. Estas clases fueron una buena oportunidad para mí de conocer nuevas amigas y la cultura de Chile”

A lo largo de dos años y medio en Chile, Shokrea ha trabajado arduamente para superar las barreras lingüísticas y culturales. Completó sus estudios secundarios, y después junto a otras 32 mujeres migrantes y refugiadas participaron del proceso de certificación para cuidadoras de atención primaria para adultos mayores, desarrollado por la Fundación Dolores Sopeña, organización de la Sociedad Civil; y Chile Valora Institución Pública.

“Este curso me permitió aprender cosas nuevas que me fueron muy útiles, aprobé exitosamente el examen de Chile Valora y logré obtener mi certificado como cuidadora, esto es muy valioso para mi porque me permite buscar empleo en esta área”.

Aunque no ha podido ingresar a la universidad debido a limitaciones económicas, sigue determinada a continuar su educación. Hoy, Shokrea se siente feliz y agradecida por vivir en Chile, un país que le ha brindado la oportunidad de reinventarse y seguir adelante. Su sueño es ingresar a la universidad en un futuro cercano y convertirse en una ingeniera informática.